Algo que es casi perenne y que sin embargo es poca veces abordado y discutido en detalle es la presencia de las evasiones y las salidas falsas. Hablemos entonces de las evasiones y las salidas. Es importante ya que tienen un impacto directo con la decisión, la acción, la intención de salir de la mediocridad. Son las mediadoras de la mediocridad, en una parte por lo menos. Como con todo, y a estas alturas ya, algunas evasiones y salidas falsas son difíciles de evitar al punto que es posible que sean completamente necesarias. Más aún, la existencia de esta particular clase de difíciles evasiones y salidas falsas arguye fuertemente en contra de una de sus particulares creencias, la vida a futuro o más bien, el desprecio al momento.
Es claro, la tendencia o más bien el ideal es hacia un compromiso, que se representaría en una inmersión en la actividad pertinente al tiempo, el despegarse de la mediocridad, en apariencia a costa de todo, una soledad absoluta, la vida ascética pregonada por aquellos grandes que han dejado eso como testimonio. Ahora, la cuestión es cual es en realidad el motor, o el motivo para despegarse. La respuesta más obvia y la cual es una seducción a la cual pocas veces se resisten es la alimentación del ego. Una respuesta alternativa es para usar esta separación, este ejemplo, para ayudar, para hacer el bien. Previamente discutido, este hacer el bien es cuestionable en cuanto a su verdadera intención. De entrada, su motivo es cuestionable debido a una intrínseca tendencia a despreciar cualquier historia que no sea la de ustedes. Esta tendencia no es racional, pero sin embargo están conscientes de su existencia y más aún, de los momentos en los que se presenta. El desprecio a la misma gente que pretenden ayudar, o de la que quieren obtener algo. Primera evasión. La forma cruda de “ustedes creen que el mundo les debe algo”. La ponen en acción, le dan forma y existencia. Y lastima. Y lo saben. Y después es llegar a curar la herida que ustedes causaron. Entonces, es hacer el bien por satisfacción propia, no por el bien en sí. En los momentos donde la verdadera oportunidad se presenta, generalmente se retraen. Y aquí entra el argumento fuerte a favor de las evasiones y salidas fáciles de naturaleza casi adictiva.
Es la prueba de fuerza, la decisión a salir de la mediocridad, de probarse que pueden evitar las salidas a voluntad, el ver a futuro esperando que el cúmulo en realidad signifique algo y no se den cuenta al final que fue sólo una serie de momentos consecutivos pero inconexos. Generalmente, estas pruebas, en cuanto a personas se refieren, traen un dejo de conflicto moral o de índoles similares. Es una condición casi patológica en ustedes, el crear el escenario psicológico adecuado para crearse la adicción y después tratar de creer que saben que es más mal que bien. El tironeo, las palabras impregnadas de veneno (generalmente en el formato más impersonal posible), seguidos de periodo de desconocimiento. Es la prueba de fuerza. Mujeres, amigos, entre ustedes. Normal, normal. La diferencia como siempre es su conciencia sobre el fenómeno.
1 comentario:
OK!!!
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